Tú eres una vocación

30 de abril 2023 – 4 Domingo de Pascua

Este domingo celebramos la «Jornada Mundial de oración por las vocaciones». El mismo papa Francisco nos cuenta cómo irrumpió inesperadamente en su vida la llamada: » Fue así para mí el 21 de septiembre de 1953 cuando, mientras iba a la fiesta anual del estudiante, sentí el impulso de entrar en la iglesia y confesarme. Ese día cambió mi vida y dejó una huella que perdura hasta hoy».

La vocación no se refiere únicamente a los sacerdotes y la vida consagrada sino que todos los cristianos, incluso todos los hombres somos una misión. El papa Francisco la formula así: «La misión común de todos los cristianos es testimoniar con alegría, en toda situación, con actitudes y palabras, lo que experimentamos estando con Jesús y en su comunidad que es la Iglesia. Y se traduce en obras de misericordia material y espiritual, en un estilo de vida abierto a todos y manso, capaz de cercanía, compasión y ternura, que va contracorriente respecto a la cultura del descarte y de la indiferencia». 

La llamada viene de contemplar la situación del mundo y el estado de abandono en que se encuentran tantas personas, descarriadas como ovejas, esperando poder encontrar al  pastor y guardián sus vidas (1 Pedro 2,20-25). Pedro aprendió del Maestro el oficio de pastor e intenta orientar las personas hacia Cristo para que tengan vida, viviendo en una comunidad de creyentes (Hechos 2,14a.36-41).

Era lo que Jesús había anunciado con dos parábolas, la del pastor y la de la puerta. En ellas se presenta como pastor del rebaño y la puerta de la majada donde pasa la noche el rebaño (Jn 10,1-10). En este caso el pastor de las ovejas es una persona diferente de la del guardián nocturno. Éste conoce sin duda al pastor y le abre la puerta de la majada. En la Biblia, tanto el pastor como el guardián de Israel es el mismo Dios. Con esta imagen se evoca sobre todo el éxodo y la travesía del desierto. Dios apacienta a su pueblo mediante pastores humanos.

Pero no todos los pretendidos pastores lo son de verdad. Los hay auténticos bandidos y ladrones. Éstos no entran por la puerta sino que, sin que se dé cuenta el guardián, escalan los muros para entrar dentro. Sólo Jesús es el verdadero pastor del rebaño. Él ha entrado verdaderamente por la puerta y no a hurtadillas. Las ovejas lo reconocen y lo siguen porque también él huele a oveja.

Jesús se presentó como el buen pastor frente a todos los que habían venido antes, a los que considera ladrones y bandidos, que no han entrado por la puerta del aprisco, con conocimiento del guardián de las ovejas. Jesús es la puerta y los demás no han entrado por ella. Jesús ve en los pastores anteriores tan sólo salteadores que han sacado las ovejas por los muros para robarlas y degollarlas.

Jesús es la verdadera puerta. Tan sólo a través de Él tenemos acceso a la majada de Dios. Las ovejas que salen y entran a través de Él, que es la puerta, se salvan y encuentran pastos, encuentran la vida. Jesús ha venido para que tengamos vida en abundancia. Tan sólo Él, enviado del Padre, puede darnos la verdadera vida. Él la ha puesto en nosotros en el bautismo como una semilla que va creciendo sin que nosotros sepamos cómo. Eso sucede también muchas veces con la vocación a la vida sacerdotal. Pidamos al Señor que nos dé los pastores que la Iglesia necesita para seguir alimentándonos con el pan de su palabra y con el sacramento de la eucaristía.


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